14/3/11

Todas las estaciones son otoño


  Se me enredan las cuestiones físicas, los sentidos. Quedo descuidado frente a unos festejos invernales. Pienso si algún día se cayeran las ventanas, el viento entraría a robárselo todo, y así sería siempre. La estación que viene con su alma vagabunda a quedarse un tiempo, acaba por llevarse a su paso la propia existencia del lugar. El mundo no es tan grande, y cuando se encuentran todos sus lados, termina siempre repitiéndose.
  Los mitos se manejan desde arriba y no se hacen más que con un puñado de tiempo. Y lo que termina quedando es la esencia móvil, reflexiones que pasan sacudiendo la zona más tenue del cuerpo. Risas y cosquillas en el vientre nos hacen encontrar una ley oculta que alguien ensaya y transforma. Algunas nubes vuelven a caer envueltas en vapor hacia nuestras cabezas abiertas de verano.
  Se siente el concluir circular, y la hermosura quedará plantada como una raíz que dulcemente nos recuerda los unos a los otros. Sentimos algo inexplicable que es cultura creándose de a pequeños pasos otoñales, y no hay consumo de creación porque nosotros consumimos la cultura que creamos. Y en esos momentos propios sin nada ajeno y aproximados a lo naturalmente íntimo, estamos viendo algo en lo que no podemos evitar pensar. Sentir los aromas y nunca recordar como huelen es vivir en paisajes sutiles que rodean la imaginación. Iluminaciones diagonales en las noches que solo nosotros vemos mientras nuestro cielo interno atardece a medida que nos quedamos dormidos.
  Lo que cae con las hojas es también un rostro de esperanza. Un sitio que aguarda ser visitado al amanecer tras una lluvia inexistente que apenas rosa el suelo. Esas hojas que caen en otoño son pequeñas canciones para adultos que no saben servirse de sus propios momentos. Son miradas orgánicas y movimientos lentos. Son también estupendos ritmos que comienzan a cantarse por las calles de noches naranjas. Son como árboles espiralados diagramando mapas. Son como dormirse mirando la palma de mi mano. 

2 comentarios:

vera miloideo dijo...

adentro mío, siempre es otoño. qué bueno encontrar alguien a quien leer, me pasaré seguido.

vera miloideo dijo...

las fotos son todas de la boca y del espacio que separa victoria de carupá. de ésos días extranjeros en los que uno se hace el turista y sale a caminar, con ojos de algodón y cámara de fotos.